La directora Estíbaliz Urresola, recientemente galardonada con dos premios Goya a mejor Dirección Novel y Mejor Guion Original, visitó nuestra escuela el pasado mes de febrero en una mañana realmente inspiradora. La cineasta se abrió en canal y pudo desentrañar todo el proceso de creación de “20.000 especies de abejas”, que se estrenó en Berlín y se llevó el premio a mejor interpretación protagónica.
Estíbaliz compartió de una forma muy generosa su modo de ver el cine y su experiencia en la industria cinematográfica. De toda la charla, destacamos las siguientes impresiones.
Empezar de cero en el cine
El camino que le ha hecho estar dónde está ha sido muy incierto. Tras estudiar Comunicación Audiovisual en el País Vasco y especializarse en cine, nunca creyó que podría dedicarse a ello. Decidió por tanto, intentar trabajar en la industria, lugar en el que aprendió muchísimo. No obstante, piensa que todo ha tenido su razón de ser. Mientras hacía cursos y talleres, pensó que tan solo estaba en la periferia. Rodeada de muy pocos referentes a los que aspirar.
Después de unos años, decide seguir estudiando y realiza un primer cortometraje que funciona bien en Festivales. Se siguió formando, pero en esta ocasión en Film Business, aportándole conocimientos de la cadena de producción y de valor. Haciéndola plantearse preguntas como: ¿Qué soy yo y que voy a contar que sea interesante?
Desde entonces siguió trabajando en proyectos como Script y Ayudante de Dirección, empapándose de historias y de maneras de hacer cine. Siempre participando en aquellos en que consideraba “importantes”.
Todo este aprendizaje le siguió dando las herramientas necesarias para encarar distintos proyectos de Documental y Cortometrajes. Algunos de encargo y otros llevados a cabo por su propia productora. Destacan los proyectos de: Cuerdas y Polvos Somos.
Por tanto, su primera película es tan solo la punta de un iceberg repleto de experiencias, trabajo y constancia. La directora afirmaba que todos los “sí” que ha recibido la película no son nada en comparación con todos los “no” que ha tenido que aceptar durante su carrera. Hay que relativizarlo todo, nos decía. Todo es efímero.
“El cine no solo reproduce la realidad si no que tambien produce imaginarios, comunidad, imaginario colectivo.”
20.000 especies de abejas
La idea de la película surge de una carta que lee en los periódicos, del padre de un niño transexual, Ekai, que se había quitado la vida mientras luchaba por lograr el cambio de nombre en el registro; por recibir en la Unidad de Género del Hospital de Cruces el tratamiento hormonal que necesitaba y que nunca llegó.
La historia conmovió muchísimo a la directora, quién se lanzó de lleno a contar una historia, no solo sobre la realidad de una niña trans, si no de toda una transición que también vive la família. A ella lo que le interesaba era traer un debate al frente, a través de los distintos puntos de vista dentro de la família, que no deja de ser una sociedad a pequeña escala, comenta.
El proceso de desarrollo fue largo, intenso y cuidadoso. A partir del contacto con una Asociación, pudo reunirse con distintas famílias, guiada por la curiosidad. Pudo comprender gracias a la generosidad de estas personas una realidad que viene de un lugar distinto, de otra instancia, lejana del cuerpo como siempre se intenta minimizar.
Después de 8 meses y de un largo proceso de documentación, llegó a la conclusión de que tenía que trabajar sobre los lugares comunes.
Escribir un guion
Durante la escritura, que duró 3 años, fue también un ejercicio de valor tener que encontrarse a si misma en la historia, en los relatos de las famílias, en Lucía y sobre todo en la madre. Estíbaliz compartió con lxs alumnxs su forma de trabajo a la hora de realizar el guion y cómo pasó de una pulsión a un versión de guion sólida.
Suele empezar llevando a cabo un árbol temático. La palabra que se convirtió en la raíz de las demás fue: diversidad. Y no solamente la palabra en sí, si no sobre todo como se expresa. De ahí surgieron otros conceptos igual de importantes como la diversidad lingüística. Justamente el Castellano, el Euskera y el Francés hablaban de esa diversidad, o distintas maneras de mirar el mundo. Además, para la directora, la lengua ya era en si misma un elemento narrativo de gran importancia. Del Euskera, destacó que fue una decisión relevante decidir la variación dialéctica que los persoanjes hablarían. Posiblemente, el público general no tendría porque notarlo, pero era un gesto de respeto al público vasco.
De este árbol temático también surgió la palabra naturaleza. De forma intuitiva llegó hasta las abejas. Indagando sobre el tema, descubrió que las abejas en tradiciones vascas eran, y siguen siendo, consideradas por muchos un animal sagrado, al que se refieren de usted. A través de la investigación pudo ir perfilando los personajes y conceptos esenciales como “la colmena”.
“Se rigen por unas leyes, al igual que todas las famílias. Todos en la colmena son necesarios.”
Como anécdota curiosa, Estibaliz encontró el título de la película gracias a Google.
Mientras iba construyendo todo el universo, tuvo un momento de resolución: de Eureka. Gracias al descubrimiento de una técnica que se llama “Escultura en bronce de cera perdida” pudo conectar dos mundos significativos en el guion: las abejas y la escultura. La escultura, arte artesanal al que se dedicaba el abuelo de la protagonista y que hereda la madre, le sirvió a la directora para explorar todo lo relacionado con la creación de la identidad.
Dirigir actores no profesionales
Una de las inquietudes entre nuestras alumnas fue la dirección de actores. Estibaliz no dudó en compartir su experiencia trabajando con no actores y con actores profesionales. Más allá de todo: lo fundamental es la parte humana y relacional.
Gran parte del trabajo fueron los ensayos, en los que pudo generar un vínculo estrecho sobre todo con los niños y crear una memoria conjunta con la que posteriormente trabajar. En estos ensayos escogieron las secuencias más delicadas y trabajaron los objetos y temas que las caracterizaban.
Los niños actuaban sobre la improvisación, en cambio, los adultos tenían un diálogo más concreto. Fue un reto encontrar el balance entre el control y el descontrol de lo que podía pasar cuando ambas partes estaban en escena. No obstante, esto mantenía muy viva la energía en el set. La presencia era el dispositivo que permitió que surgieran cosas inesperadas.
Cuando llegaban a set Estíbaliz se aseguraba siempre de generar el clima adecuado para el día, teniendo en cuenta siempre que cada actor es una relación completamente distinta.
Podéis disfrutar de la Masterclass completa en el siguiente link.